Andará callada

Detrás de cada silencio, fueron muchas las palabras que me obligaron a callar.
No diré nada, pues nada es lo que siento, nada es lo que queda… arrasó con todo el viento.
Me limitaré a llenar el vacío con palabras que nunca dije y murieron presas. Haré de él la fosa común para todas las voces que yo misma di por muertas.
Convertiré mi vida en una lapida sin piedras para que descansen en paz todos los pájaros de mi cabeza, fantasías e ilusiones absurdas de princesa. El vendaval asoló el reino, se derrumbaron los castillos, desaparecieron las hadas y a mi príncipe se lo comió una salamanquesa. Tampoco quedan ranas de sangre azul, solo brujas vestidas de turquesa.
Ahora reina el silencio en estas tierras y solo se escucha el sollozo de una cría, sentada junto a un puñado de peñascos, que como un día ella fue infanta, ese montón de escombros un día fue su palacio.
No le queda nada, ni siquiera motivos para seguir llorando, solo un largo camino por delante por el que continuar avanzando, andará callada, mirando al suelo sabiendo que lo que hoy pisa, ayer fue tierra de sueños.